Ya está aquí: Juego de Tronos ha vuelto. Este domingo por la noche, y después de meses de ausencia, la HBO -repitan conmigo: it’s not TV, it’s..- emitió el primer capítulo de la segunda temporada: The North Remembers, basado en el segundo libro de la saga A Song of Ice and Fire (Canción de hielo y fuego), aunque también mezclará algunas tramas de A Storm of Swords (Tormenta de Espadas).
La cadena de cable con mejor producción actual -dueña del ‘Trono de Hierro’ que diría mi compañero Felipe Couselo-, maestra en el manejo de la expectación generada ha invertido las semanas previas al estreno en llevar a sus legiones de fans al límite de su aguante: filtró primero imágenes, después golosos tráilers, incluso nos regaló escenas sueltas. El resultado de la audiencia, pueden imaginárselo: otro sobresaliente para los papás David Benioff y David Weiss.
En Seriemente nos guardaremos los espoilers -no hay de qué- para departir en la hora del café; pero sí les diremos que el episodio no decepciona. Juego de Tronos vuelve por todo lo alto, sin abandonar una de las características que hizo de su primera temporada una obra de arte de la pequeña pantalla: el brillante mantenimiento de la tensión. The North Remembers es un tablero de ajedrez -paralelismo hecho por primera vez, ¿no?- en el que las fichas han tomado posición, y quedan en situación de ataque. No me sean impacientes: el invierno aún no ha llegado. Pero está al caer, como bien recuerdan sus protagonistas durante esta hora que sabe a poco. Y todo indica que además de nieve traerá sangre. Y mucha.
En resumen, este primer episodio es el aperitivo perfecto para un festín que se prolongará durante diez domingos de 2012, y en el que la batalla por el trono no para de ganar adeptos. Degustaremos de nuevo unos diálogos intensos y brillantes -a destacar, especialmente, las sabias sentencias del adorado Tyrion-; y el reencuentro con todos los viejos conocidos de la primera temporada, además de la aparición de alguno nuevo. Pero encontraremos pocas pistas de quién ostentará el protagonismo. Hay violencia, hay sexo, hay intriga, tensión y expectativa. Hay, cómo no, puñaladas y estrategia, traición, hay vileza y misterio. Todo lo que ya nos encandiló con la adaptación del primer libro de George R. R Martin, y que vuelve mucho más oscuro y descarnado.
Pero no deja de ser, como ya hemos dicho, un capítulo de introducción. The North Remembers es ese reencuentro con alguien querido a quien ansiábamos ver desde hace tiempo: primero llegan los abrazos, el preguntar qué tal ha ido el viaje, el reconocer los cambios que el tiempo ha grabado en el viajero. Una vez asentados y deshecho el equipaje, llega el relato de lo sucedido, la reconciliación si procede, y la batalla. Lo que is coming, vamos.
¿Qué ha sucedido con Arya?,¿Quiénes son los white walkers? ¿Se doblegará Sansa a los obtusos deseos del Rey niño? ¿Qué papel tendrá la prostituta de Tyrion? ¿Será el más pequeño de los Lannister una Mano del Rey fiel? ¿Morirá con Ned Stark el oscuro secreto de Cersei y Jamie Lannister? ¿Encontrarán a Benjen? ¿Qué misión cumplirán los lobos? ¿Será Daenerys más Targaryen o más khaleesi? ¿Emergerá por fin Jon Snow? Y, sobre todo ¿Quién narices morirá?
No diré eso de “en España tendremos que esperar hasta…” para verla, que ya somos mayores. Sí tendrán que hacerlo quienes quieran escuchar diálogos en español, que ya pueden anular sus citas el 23 de abril y sintonizar Canal+.
Mientras, nos encontramos aquí, y nuestras madrigueras-refugio de los Siete Reinos: los libros de R.R Martin. También pueden darse un paseo por los escenarios de grabación, o empollarse la biblia de Game of Thrones, hasta recitar de memoria los árboles genealógicos. Esperar, en cualquier caso. Y abrigarse, claro.